lunes, 8 de mayo de 2017



Hace días retome el block y para ser sincera me afecto más de lo que quisiera las gotas, pero también es cierto que estoy en un movimiento interno consciente y profundo que ha hecho que muchos de lo que estoy transformando se vea movilizado por la gran medicina del cannabis así que decidí parar las gotas, con lo que vengo haciendo, creo que es más que suficiente y las gotas me pegaron una traba de varios días y la última vez que las tome fue esa noche que retome el block, mi cuerpo es realmente sensible y como no soy de meterle químicos a mi cuerpo, siento los efectos a millón. 

Retomando el tema que deje iniciado: Los cuatros caminos del yoga, según el maestro Sivananda y según mi propia experiencia.

KARMA YOGA: El camino del servicio desinteresado. El primer camino del yoga. Según el yoga, es la meditación en acción, sin karma yoga, no hay meditación, este camino funciona si lo hacemos sin intención de recibir beneficio, la idea es que mientras lo realizamos convertimos el servicio en meditación, el cual debe comenzar en el centro de uno mismo, porque así como el corazón oxigena sangre a los demás órganos del cuerpo, la primera sangre oxigenada que realiza el corazón es para el mismo corazón, de esta manera debemos funcionar nosotros mismos, Por eso el Karma yoga se  debe hacer pura y sin egoísmo.

Si ya sé que suena muy bonito y a la vez puede sonar un poco complejo para realizarlo por eso voy hablar desde mi experiencia, Tal vez lo haya dicho anteriormente y seguro lo voy a recalcar muchas veces, seguramente has escuchado en muchas filosofías y maestros que dicen: No creas lo que yo digo, simplemente vive tu propia experiencia, y yo lo reafirmo. 

Mi primera maestra en karma yoga fue mi Mamá, estudio sociología pero se dedicó a la docencia, sin embargo su profesión la ejerció porque siendo docente trabajo en escuelas públicas donde sus alumnos y alumnas muchas veces llegaban con el estómago vacío a clase o golpeadas y  demás situaciones difíciles que suelen pasar en el contexto de violencia intrafamiliar, 

El trabajo de mi madre solo consistía en dar clase, pero no se conformó con ello, porque era un alma genuina, noble y le dolía el dolor del otro, solo que ella no se quedó en la emoción de sentir lastima, sino que acciono, una de las cosas que hacía era que gestionaba, desayunos y mercados para las familias más necesitadas no solo de su aula sino de la escuela donde trabajaba, se dedicaba hablar con los padres de familia, en muchos casos a consejo sabiamente cuando un padre o padrastro abusaba de sus hijos, sexualmente, emocionalmente, físicamente entre otras, logrando que se hicieran cambios profundos en esas familias, recuerdo muchas veces, cuando yo estaba más grande; que en la calle la paraban ex alumnas de mi madre, para agradecerle lo que había hecho por ellas, muchas veces lloraban contando la historia, y mi mamá solo sonreía y decía, es mi manera de ayudar y de agradecer al Señor por todo lo que me ha dado en la vida. 

No puedo decir que mi mamá era una santa, porque no lo era, tenía defectos, muchos pero si tenía un corazón bondadoso, y cuando no tenía para dar, buscaba y gestionaba para ayudar, por ejemplo en navidad recolectaba con un amigo de ella que era comerciante juguetes para los niños, esos juguetes muchos estaban en mal estado, mi mamá los recolectaba desde principio de año y se tomaba el trabajo de arreglarlos y buscaba quien tenía transporte y gestionaba el dinero para pagar el transporte y llevar los juguetes a los niños pobres, esta labor la hizo mucho con los niños de Santa Fe de Antioquia.

Mi madre era una karma yoga genuina pero ella no sabía que ese término existía y yo menos, hasta hace unos años atrás que comencé a caminar el Yoga, Con todo esto quiero decir que la espiritualidad no consiste en hacer yoga, meditar, y tener practicas espirituales, la espiritualidad para mi es vivir una vida normal, ayudando a otros desde el saber de cada uno, pero primero ayudarse a uno mismo, sino estamos bien, no podemos ayudar a otros. Lo primero es tener las necesidades básicas cubiertas, luego comenzar por ayudarte en tu crecimiento interior y lo demás la vida te llevara al lugar donde podrás dar tu granito de arena.

Yo a diferencia de mi mamá, fui desde pequeña muy sentimental o más bien emocional, no digo que mi mamá no lo era, lo que trato de decir es que yo lloraba viendo la pobreza, la desigualdad social y los noticieros me llenaban de profunda depresión y angustia, muchas veces renegué de Dios y renegaba de porque tanta gente con tanto dinero y otra sin tener que comer, varias veces lleve a mi casa niños de la calle para darles comida y una vez lleve una familia completa, mi mamá les daba comida pero me decía que no podían quedarse a dormir, yo me enojaba y no comprendía porque no se podían quedar, pero mi mamá en ocasiones gestionaba para ayudarlos en encontrar algún albergue y le daba herramientas o ayudas para que los adultos tuvieran un trabajo. Poco a poco comencé a cuestionar el sistema y sentía la necesidad de ayudar a otros, cuando estaba en el bachillerato, mis padres me metieron a un colegio de monjas, recuerdo que yo era un poco autista en esa época, fui una niña muy sobre-protegida porque pequeña sufrí de epilepsia, y eso hizo que mis padres me cuidaran mucho, lo cual hizo que mis relaciones sociales fueran difíciles para mí, incluso actualmente a mis casi 40 años, es un tema que me cuesta; así que debido a esta situación, me metí en mi mundo y ahora me doy cuenta que estuve muy conectada con la meditación innatamente, solo que por esas épocas no sabía que se llamaba así, fui revolucionaria en mi familia, porque desde que tengo conciencia no me gustaba la carne, toda la vida mi mamá peleo conmigo para que la comiera, hasta los 13 años más o menos yo lo único que comía era todo crudo, frutas y verduras, hace unos años en Argentina supe que ha este tipo de alimentación se le llama alimentación viva; la única comida cocinaba que me gustaba eran las lentejas de mi abuela, recuerdo que mi mamá le daba rabia cuando hacia lentejas y yo no me las comía, me decía que mi abuela las había hecho, pero el sabor era diferente y no me las comía.

Volviendo a la época del bachillerato, para cuando estaba en 11 quería irme de monja de clausura, pero mi madre no me dejo, me decía que primero debía de vivir otras cosas antes de tomar una decisión tan trascendental, así que aunque siempre me llamo la atención la psicología, en el colegio fui la monitora de psicología y filosofía, y amaba a Sigmund Freud, decidí volcarme por el teatro y el diseño de modas, sin embargo mi búsqueda de mi misma me ha llevado a una vida de crecimiento a través de mis experiencias, trabajado como voluntaria en una ONG como docente en artes, llevando de manera empírica el arte como terapia acompañándome de literatura como las mujeres que corren con los lobos, el principito, las princesas olvidadas, la luna roja y demás libros de gran psiquismo que me ha despertado y me siguen despertando y que han sido de herramientas para acompañar a mujeres en sus propios procesos.

El karma yoga para definirlo en mis propias palabras y experiencia es ayudar desde tu lugar y conocimiento a otros, puede ser sacando un tiempo de tu vida, si eres médico, poniendo tu saber a disposición a personas que no pueden acceder a la medicina, las EPS no dan abasto y la verdad no podemos dejar toda la responsabilidad al estado, nosotros como individuos debemos también hacer nuestro aporte desde nuestro lugar, no desde el sentimiento de lastima sino desde la compasión, es decir desde el amor suave, poniéndonos en los zapatos del otro, sin entrar en guerras del sistema y juicios, simplemente, silenciosamente hacer desde mi humanidad posible compartir lo poco o mucho que se, con quienes necesitan ese amor, puede ser compartir tiempo, escuchar a unos abuelos, visitar enfermos, no tiene que ser algo grande, lo importante es hacerlo con la intensión del amor, la mayor recompensa es sentir que el otro se siente mejor, ni siquiera te hará falta que te den las gracias, lo digo por experiencia.

Por estos días he estado en tormentas internas y me sorprende porque me llaman a pedirme consejos de procesos que cada mujer tiene y me sorprendo de mi misma de las respuestas y de la paz con que conecto y doy la claridad que esas personas reciben de mí, pero en realidad no soy yo, es la manifestación del amor, llámalo Dios, seres de luz, como quieras llamarlo, el  que habla a través de mí, ese canal lo tenemos todos los seres, solo es conectarnos y no requiere mucho, no requieres yoga, meditación o Reiki, solo requieres coraje para ver tu propia oscuridad y transformarla, para ello necesitas presencia, y aquí es donde les digo EL PODER DEL AHORA es una buena herramienta, como muchas otras, cada uno encuentra su camino de despertar, para mí ha sido viajar, el arte, la literatura, los círculos de mujeres, el yoga, mi familia en realidad toda mi vida ha sido un camino espiritual y así es para todos, solo es tomar conciencia que lo que vivimos es perfecto para mí, que todo pasa por algo y tal vez ahora no veamos la claridad ¿para que?, pero muy seguramente cuando comiences a vibrar alto lo vas a ver con mayor claridad, no desfallezcas, no estamos solos, aquí todos pasamos por lo mismo, aunque no hablemos de ello, Por este motivo comparto mi experiencia para decirte aquí estoy yo y demás seres humanos, seres de luz, maestros ascendidos, ángeles en forma humana o animal, para mostrarte que todo por más difícil que estés viviendo TODO PASA INCLUSO EL MOMENTO MAS FELIZ, DISFRUTA TU PRESENTE, AHÍ PUEDES HACER EL MAYOR CAMBIO EN TI Y EN TUS RELACIONES EXTERNAS.


No hay comentarios:

Publicar un comentario